La Esports World Cup (EWC), que comenzó el 3 de julio en Arabia Saudí, atrae a jugadores profesionales, editores y aficionados de todo el mundo a un espectáculo de ocho semanas de duración. Sin embargo, el acontecimiento también ha despertado una mezcla de expectación y recelo en el sector.
La EWC cuenta con una bolsa de premios récord que supera los 60 millones de dólares, una cifra que sin duda ha llamado la atención. Ralf Reichert, director ejecutivo de la Fundación de la EWC, la organización detrás del evento, cree que el espectáculo servirá para unificar la industria. Planteó la pregunta: “?Qué falta en el panorama de los esports? Algo que reúna a toda la industria a una escala similar a la de los mayores acontecimientos deportivos tradicionales”.
Reichert explicó que, aunque existen numerosos torneos, ligas y clubes de esports, la EWC es el único acontecimiento que los une a todos. Este fue el principio de la idea, el dise?o y el anuncio. Sin embargo, el estreno del torneo ha reavivado las preocupaciones existentes sobre los vínculos de la industria con Arabia Saudí.
El impacto del EWC en la industria
La EWC no es la primera incursión de Arabia Saudí en los esports. Es la continuación del Gamers8 del a?o pasado, que tuvo una bolsa de premios de 45 millones de dólares. En el torneo de este a?o competirán las mejores organizaciones, como T1, FlyQuest, Gen.G Esports, Fnatic y G2 Esports, en 21 títulos deportivos. El club que consiga los mejores resultados en cada título será coronado campeón de la EWC.
Los cuantiosos premios se repartirán en varias categorías, incluidas recompensas para los jugadores y premios por rendimiento general. La EWC llega en un momento en el que la industria se ha visto afectada, con despidos a gran escala y empresas como Riot Games, desarrolladora y editora de juegos, que ha despedido al 11% de su plantilla.
Sin embargo, la EWC brinda la oportunidad a más de 20 grandes marcas, entre ellas Adidas y KitKat, de establecer nuevas asociaciones rentables con equipos de esports a lo largo del torneo. En junio, Warner Bros. Discovery, la empresa matriz de CNN, y la Fundación de la Copa Mundial de Esports acordaron una nueva asociación en la que participan Eurosport, CNN y otras plataformas de la WBD.
Reichert insiste en que la EWC no se creó para rescatar a una industria en apuros. Independientemente del estado de la comunidad de los esports, cree que un torneo como este es crucial para permitir que las organizaciones prosperen. “Incluso sin la recesión económica general, habríamos hecho lo mismo”, afirmó.
A través de la Fundación de la Copa Mundial de Esports, Reichert está entusiasmado con lanzar el Programa de Clubes de la EWC. La iniciativa pretende “promover una planificación sostenible” y ofrecer a 28 clubes de todo el mundo un “pago anual de seis cifras”. El objetivo es proporcionar a las organizaciones una plataforma para crecer y maximizar su participación en el torneo anual.
Sin embargo, aunque la EWC promete aportar emoción y estabilidad al sector, también ha demostrado ser un tema divisivo. A muchos les preocupan los vínculos del torneo con Arabia Saudí, un país acusado de “lavado de imagen deportivo”, es decir, de utilizar acontecimientos deportivos de alto nivel para proyectar una imagen positiva en todo el mundo, a menudo para distraer la atención de presuntas conductas indebidas.
Reichert reconoce que la Fundación de la EWC, que gestiona oficialmente el evento, es una organización sin ánimo de lucro. Sin embargo, ha sido financiada en parte por el gobierno saudí, de forma similar a como una nación anfitriona invertiría en cualquier gran acontecimiento deportivo. También afirma que no hay planes para trasladar la EWC fuera de Arabia Saudí en un futuro próximo.
La creciente influencia de Arabia Saudí en los esports
La influencia de Arabia Saudí en el juego competitivo ya es significativa, ya que la nación busca diversificar su economía y reducir su dependencia de los combustibles fósiles. El Fondo de Inversión Pública (PIF), controlado por el gobierno saudí, ha adquirido en los últimos a?os algunas de las mayores empresas del sector, entre ellas Savvy Gaming Group (SGG). Desde entonces, SGG ha adquirido ESL, uno de los principales organizadores de eventos de esports, y FACEIT, una plataforma digital de primera, para convertir a Arabia Saudí en un centro mundial del juego.
Sin embargo, las organizaciones de derechos humanos están preocupadas por la continua inversión de Arabia Saudí en esports. “Arabia Saudí está invirtiendo miles de millones en esports electrónicos, un campo que prospera gracias a las interacciones en línea, mientras reprime cualquier forma de expresión crítica en línea con duras penas de prisión e incluso la pena de muerte”, ha manifestado Dana Ahmed, investigadora de Amnistía Internacional sobre Oriente Medio.
A medida que se desarrolle la EWC, el sector de los esports esperará las oportunidades que ofrece, pero desconfiará de las controversias que suscite.